Colección

Abr 6, 2021
admin

Alphonse Bertillon era un policía parisino. Quería mejorar las descripciones de los presuntos delincuentes, y esperaba que un buen sistema de identificación identificara rápidamente a los reincidentes. Creía que las personas susceptibles de reincidir podían ser identificadas a través de las características físicas, y que las personas con ciertas características eran más propensas a ser delincuentes.

Bertillon era amigo del cirujano y antropólogo Paul Broca, y tomó prestadas las ideas de éste sobre la medición de las diferencias físicas. En 1881, Bertillon desarrolló técnicas e instrumentos para medir rasgos individuales que no cambiarían, por ejemplo el color de los ojos, la forma y los ángulos de la oreja, la ceja y la nariz, y las distancias entre ellos. También desarrolló formas de registrar de forma fiable otros datos físicos del cuerpo, incluyendo marcas de identificación como los tatuajes. Recogió grandes cantidades de datos y utilizó la nueva tecnología de la fotografía.

En 1883, Bertillon había realizado 7336 mediciones e identificado a 49 reincidentes. En 1884 había encontrado 241. Bertillon describió su sistema como antropometría, literalmente «medición de seres humanos». El sistema se conoció como «Bertillonage», y acabó incorporando medidas corporales, una descripción verbal, una fotografía y huellas dactilares. El sistema se basaba en la clasificación progresiva de registros de personas con características coincidentes hasta que se identificaba a un individuo.

El bertillonaje fue inicialmente popular. Sin embargo, a partir de la década de 1890 fue sustituido por las técnicas de toma de huellas dactilares procedentes de la India. Frances Galton defendió su uso en la ciencia forense. Las huellas dactilares resultaron ser mucho más sencillas para identificar a los individuos porque cada persona tiene una huella dactilar única.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.