Cochrane
Antecedentes
Una parada cardíaca es cuando el corazón deja de bombear sangre por el cuerpo. Es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Un gran número de paradas cardíacas se producen fuera de los hospitales. La RCP convencional incluye tanto las compresiones torácicas como la respiración de rescate, como la reanimación boca a boca. Esto se conoce como compresión torácica interrumpida con pausas en una proporción fija para la respiración de rescate (por ejemplo, 2 respiraciones: 30 compresiones).
La respiración de rescate puede administrarse boca a boca o mediante dispositivos de ventilación utilizados por los servicios de ambulancia. Algunos estudios sugieren que la aplicación de compresiones torácicas continuas es fundamental para la supervivencia de un individuo y que la interrupción de las compresiones torácicas para la respiración de rescate podría aumentar el riesgo de muerte. La RCP de compresión torácica continua puede realizarse con o sin respiración artificial. La teoría es que la compresión torácica imita la acción del corazón de bombear la sangre por el cuerpo y mantiene el suministro de oxígeno y nutrientes a órganos importantes como el cerebro. Intentar dar ventilación boca a boca significa interrumpir las compresiones torácicas, lo que podría debilitar la acción de bombeo de la sangre.
Se compararon los efectos de los dos tratamientos cuando fueron administrados por transeúntes en el lugar de una parada por asfixia y por los equipos de ambulancia que llegaron más tarde. (Una parada no asfíctica no se produce por ahogamiento o asfixia.)
Fecha de búsqueda
La evidencia es actual hasta febrero de 2017.
Características de los estudios
Se incluyeron cuatro estudios; tres compararon los dos enfoques de reanimación cuando fueron administrados por transeúntes no entrenados bajo instrucción por teléfono. Un estudio comparó los dos enfoques cuando los administraba el personal de los servicios de emergencias.
Los tres estudios, que comparaban los enfoques administrados por transeúntes sin formación, (3.737 participantes) se llevaron a cabo en zonas urbanas y algunos incluían tanto niños como adultos con PCEH. Todos los transeúntes no estaban formados y recibieron instrucciones telefónicas de los servicios de emergencia.
El cuarto estudio comparó los enfoques aplicados por los profesionales de los servicios de emergencia (23.711 participantes); se llevó a cabo en zonas urbanas y sólo incluyó PCE de adultos.
Resultados clave
Cuando la RCP fue realizada por transeúntes, se encontró que más personas sobrevivieron hasta el alta hospitalaria después de la compresión torácica sola que después de la compresión torácica interrumpida con pausas en una proporción fija para la respiración de rescate (15 compresiones por 2 respiraciones) (14% frente a 11,6%). Para los resultados de supervivencia hasta el ingreso en el hospital y los resultados neurológicos, no se dispuso de datos suficientes para asegurar que cualquiera de las dos estrategias fuera mejor. No se dispuso de datos sobre los efectos adversos, la calidad de vida o la supervivencia al año.
Cuando la RCP fue realizada por profesionales del SEM, se encontró que la supervivencia al alta hospitalaria fue ligeramente inferior con la RCP de compresiones torácicas continuas (100/minuto) más respiración de rescate asíncrona (10/minuto) en comparación con la RCP de compresiones torácicas interrumpidas más respiración de rescate. Alrededor del 9,7% de las personas vivieron cuando recibieron compresiones torácicas interrumpidas más respiración de rescate, en comparación con el 9% de las personas que recibieron compresiones torácicas continuas más respiración de rescate asíncrona.
El número de personas que sobrevivieron hasta el ingreso hospitalario fue ligeramente mayor en los tratados con compresiones torácicas interrumpidas más respiración de rescate en comparación con las compresiones torácicas continuas más respiración de rescate asíncrona (25,9% frente al 24,6%). Hubo poca o ninguna diferencia en los resultados neurológicos. La proporción de personas que experimentaron eventos adversos fue probablemente similar, ya que el 55,4% de las personas tratadas con compresión torácica interrumpida más respiración de rescate experimentaron un evento adverso, en comparación con el 54,4% de las tratadas con compresión torácica continua más respiración de rescate asíncrona.
Calidad de la evidencia
Para la RCP proporcionada por un transeúnte, la calidad de la evidencia fue alta para el resultado de supervivencia al alta hospitalaria. Para la supervivencia hasta el ingreso hospitalario, un ensayo proporcionó resultados y la evidencia fue de calidad moderada debido al bajo número de personas de las que se disponía de datos. Este fue también el caso de los resultados neurológicos.
En el único ensayo de reanimación cardiopulmonar proporcionada por un profesional de los SME, la calidad de la evidencia fue moderada para el resultado de supervivencia al alta hospitalaria porque los resultados no excluyen que haya poca o ninguna diferencia entre los dos enfoques, y este es también el caso de los eventos adversos. Para la supervivencia hasta el ingreso hospitalario hubo pruebas de alta calidad.
La principal limitación de las pruebas actuales es que sólo se han realizado unos pocos ensayos, y para algunos resultados no se han generado suficientes datos.