Recuerdo las cestas de cerezas de Kentish, maduras y rojas, o «blancas», que en realidad eran pálidas y cremosas con un rubor rosado. Tienen el mejor sabor de todas las cerezas y todavía hay cultivadores de Kentish.

Sin embargo, como las cerezas inglesas escasean, agradezco a otros países europeos y a Estados Unidos que nos envíen un abundante stock durante todo el verano. Son caras porque las cerezas son laboriosas de recoger a mano, pero como la temporada es relativamente corta, siempre las aprovecho al máximo y parece que las como prácticamente todos los días.

Lo que compramos sobre todo son cerezas de postre, pero las guindas, llamadas morello, son brillantes para cocinar – tienen un maravilloso y bastante único sabor a cereza concentrado. Debido a la escasez de existencias, parece que aquí sólo podemos comprar las secas, pero las embotelladas pueden ser buenas y la mermelada de guindas es magnífica, tanto para untar en pan y bollos como en una salsa para servir con pato.

Últimamente he descubierto que las cerezas de postre cocinadas con vino y vinagre de vino también son una salsa magnífica para el pato o el gamón, así que yo serviría esto en verano, y luego en los meses de invierno lo haría con guindas secas.

Las cerezas secas son fáciles de conseguir hoy en día y se utilizan en el Kaiserchmarrn.

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