¿Cómo se forman las cicatrices?

Una cicatriz es el resultado final de la curación de una herida humana. Una herida puede ser creada por cualquier lesión. Las lesiones más comunes que causan heridas son las quemaduras, los cortes en la piel que se producen después de cualquier operación, la inflamación y la infección. A veces el daño puede ser bastante pequeño, como por ejemplo las cicatrices queloides después de un piercing en la oreja o de un pinchazo de vacuna. Una vez que la piel ha sido dañada, se producen inmediatamente señales químicas en el lugar. Éstas atraen sucesivas oleadas de células que participan en el proceso de inflamación. Las primeras células que llegan atacan a las bacterias y otros organismos invasores. Con el tiempo, llega un segundo grupo de células que producen más señales químicas atrayentes. Finalmente, tras la inflamación inicial, llegan a la herida células de fibroblastos, que son las células clave que intervienen en la formación del tejido cicatricial.
Fibroblastos
Vista ampliada de dos células de fibroblastos
La cantidad de inflamación que había en la herida inicial determina en gran medida el número de células de fibroblastos que llegan y su actividad. Si la herida temprana estaba muy inflamada, por ejemplo, como resultado de una infección, entran muchos más fibroblastos en la herida y éstos producen mucho más tejido conectivo de una cicatriz madura, principalmente colágeno. Sin embargo, la cantidad de inflamación no es el único factor que determina la cantidad de tejido cicatricial que se forma. Los genes de algunas personas -el código genético de su ADN que es único para ellas- les confiere células de fibroblastos que son más activas que el resto de la población. Estas células producen mucho más colágeno para una cantidad determinada de estimulación. Otros factores que determinan la cantidad de inflamación y lo activos que se vuelven los fibroblastos son la edad, las condiciones de salud de fondo, como la diabetes, el lugar de la superficie del cuerpo y, lo que es más importante, la tensión dentro de la piel.
Los fibroblastos crean tejido cicatricial y, como los escultores, remodelan su obra con el tiempo. Las hebras iniciales de colágeno se tejen en haces más grandes y el tipo de colágeno se hace más resistente con el tiempo. Gran parte de la actividad de los fibroblastos es una respuesta a las tensiones que se producen en la cicatriz en desarrollo. Por razones que no se conocen del todo, algunos fibroblastos desarrollan pequeños músculos que tiran del colágeno circundante como un «tira y afloja». Esto tiene el efecto de tensar la cicatriz y acortarla. Sin embargo, en su extremo, también puede producir bandas tensas de tejido cicatrizal que limitan el rango de movimiento de una articulación – contracturas.