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«Encontrar a Dios» es una frase utilizada por la gente de diversas maneras. Algunas personas utilizan la idea de «encontrar a Dios» como una forma de expresar que se están volviendo más espirituales o religiosas. Otros lo usan en un sentido más específico, que significa llegar a la fe en Jesucristo, tal como se expresa en la Biblia (Juan 3:16; Efesios 2:8-9).
La Biblia habla de encontrar a Dios en muchos lugares. En Juan 14:6, Jesús enseñó: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí». Enseñó que la única manera de «encontrar a Dios» era creer en Él como el camino, la verdad y la vida.
Además, las Escrituras explican que nadie busca a Dios por sí mismo. El Salmo 14:2-3 revela: «El Señor mira desde el cielo a los hijos del hombre, para ver si hay alguno que entienda, que busque a Dios. Todos se han desviado; juntos se han corrompido; no hay quien haga el bien, ni siquiera uno». Es la obra soberana de Dios la que hace que una persona desee encontrar a Dios. Cuando lo hacen, descubren que sólo a través de la creencia en Jesús como Señor puede una persona encontrar verdaderamente a Dios.
Dios recompensa a los que lo buscan también. El Salmo 9:10 señala: «Los que conocen tu nombre ponen su confianza en ti, porque tú, oh Señor, no has abandonado a los que te buscan». Hebreos 11:6 enseña que «sin fe es imposible agradar a Dios, pues el que quiera acercarse a él debe creer que existe y que recompensa a los que le buscan».
El apóstol Pablo observó al pueblo de Atenas que Dios creó a los seres humanos para que «busquen a Dios, y quizás sientan su camino hacia él y lo encuentren. Sin embargo, en realidad no está lejos de cada uno de nosotros» (Hechos 17:27). Toda persona tiene algún tipo de anhelo o deseo de buscar a Dios. Pablo señala que Él no está lejos, sino que se ha revelado a través de Jesús (Hechos 17:31-32).
Para «encontrar a Dios» una persona no necesita cumplir una lista de reglas religiosas. En cambio, una persona encuentra a Dios a través de la fe en Jesucristo como Señor. Esto ocurre por gracia a través de la fe, no por obras para que nadie pueda jactarse (Efesios 2:8-9). Jesús es el único nombre por el cual una persona puede ser salvada (Hechos 4:12) y encontrar a Dios, recibiendo el perdón de los pecados, el propósito y la fuerza para esta vida (Juan 10:10), y la vida eterna en el cielo.