Cómo ayuda la fisioterapia y la terapia ocupacional con la AR
Continuación
Su terapeuta puede enseñarle a:
Limitar la tensión articular. Puede aprender nuevas formas de mover el cuerpo para proteger las articulaciones.
Encontrar otras formas de realizar las tareas cotidianas. La AR puede dificultar la tarea de desabrochar botones, girar pomos de puertas, ponerse pendientes y otras acciones en las que se utiliza la motricidad fina. Puede ser útil utilizar ambas manos en lugar de sólo una. O puede hacer rodar las bolsas de la compra y otros objetos pesados en lugar de cargarlos. Si tiene problemas con la motricidad gruesa, como levantar tazas de café o bañarse, su terapeuta puede ayudarle a encontrar soluciones alternativas.
Utilice herramientas de ayuda. Muchos dispositivos y equipos pueden facilitar su vida diaria. Los abridores de tarros, los asideros, las barras de sujeción y los inodoros elevados son algunos ejemplos.
Aminore el dolor. Puede aplicar calor o frío antes y después de las actividades para que le duela menos. Su terapeuta ocupacional puede recomendarle férulas para apoyar sus articulaciones y ayudar a mantenerlas en una posición normal.
Ejercite en casa. Esto puede hacerle más fuerte, más flexible y ampliar su rango de movimiento. Su terapeuta puede orientar los ejercicios a tareas específicas, como girar los grifos.
Su AR puede agravarse con el tiempo. La terapia ocupacional puede ayudarle a mantener las actividades cotidianas durante el mayor tiempo posible.