Bleach es una serie en la que no faltan diversos tipos de personajes. Quizá uno de los grupos más interesantes sea el de los Fullbringers, individuos con poderes únicos que existen en el mundo humano. Aunque no están tan organizados como los Shinigami, o tan militarizados como los Quincy, estos individuos son lo suficientemente fuertes como para tener un arco entero de la serie dedicado a ellos y a sus habilidades.

Los Fullbringers son humanos que tienen conciencia espiritual y están dotados de una habilidad llamada Fullbring. En general, un Fullbringer puede manipular las almas que residen en la materia física. Esta habilidad es algo que los Fullbringers poseen desde el principio debido a las condiciones únicas de su origen: cada Fullbringer tiene un padre que sobrevivió a un ataque del Hollow. Los rastros latentes del poder del Vacío en el cuerpo de su progenitor se transmiten en el momento de su nacimiento. Por ello, los Fullbringers son esencialmente humanos con poderes Hollow.

Aunque están más emparentados con los Hollows que los Shinigami o los Quincy, las habilidades de los Fullbringers se manifiestan de forma un poco más singular. Por ejemplo, Ginjo Kugo, líder de la organización Fullbringer «Xcution», utiliza su Fullbring para manipular la forma de su colgante hasta convertirlo en una impresionante espada. En el caso de Ginjo, su habilidad es bastante sencilla, pero otros Fullbrings se manifiestan de diferentes maneras: Yukio puede crear y controlar una dimensión de videojuego, el Fullbring de Rurika le permite colocar personas y objetos en contenedores de su elección y el Fullbring de Chad convierte sus brazos en armas mortales.

Aunque Chad fue en realidad el primer contacto que los fans de Bleach tuvieron con el Fullbring, la habilidad y su naturaleza no se exploraron realmente hasta el arco argumental de El Sustituto Shinigami Perdido. Diecisiete meses después de que Ichigo derrote a Aizen, se encuentra con Ginjo, un antiguo Shinigami sustituto y Fullbringer. Ginjo invita a Ichigo a unirse a Xcution, una organización de Fullbringers que busca transferir sus poderes a un humano con poderes de Shinigami. Ayudando a Ichigo, los miembros de Xcution podrían convertirse en humanos normales.

Desgraciadamente, durante el tiempo que Ichigo entrena con Xcution, sus amigos, Xcution y el propio Ichigo se enemistan con un hombre llamado Tsukishima, un Fullbringer y antiguo miembro del grupo. La habilidad de Tsukishima le permite introducirse en el pasado de cualquier cosa que corte. El asalto psicológico de Tsukishima a Ichigo se mantiene, pero el Fullbring de Ichigo acaba por hacerse realidad. Sin embargo, cuando llega el momento de enfrentarse a Tsukishima, las cosas dan un giro muy dramático; se revela que Tsukishima había sido un aliado de Xcution todo el tiempo, y que la verdadera intención del grupo era robar el Fullbring de Ichigo y utilizarlo para aumentar su propio poder.

Después de la traición de Ginjo, justo cuando parece que toda esperanza está perdida, Ichigo, gracias a algunos amigos de la Sociedad de Almas, recupera sus poderes de Shinigami y un grupo de Shinigami se une a él para luchar y finalmente triunfar sobre los Fullbringers.

Los Fullbringers pueden parecer olvidables al principio, sobre todo después de protagonizar un arco intermedio entre la derrota de Aizen y la invasión de Quincy. Es una lástima, porque los Fullbringers hacen mucho por la historia de Ichigo y por el mundo de Bleach. Los personajes ofrecen a Ichigo una forma de hacer el bien una vez más; algo con lo que luchó durante mucho tiempo después de sacrificar sus poderes para derrotar a Aizen. Cuando Xcution acaba por traicionarle, le obliga a experimentar un tipo de impotencia que nunca antes había sentido en la serie. También es gracias a los Fullbringers que Ichigo recupera sus poderes de Shinigami. La inclusión de los Fullbringers también recuerda a los fans que Bleach es algo más que Shinigami y Hollows. Puede que no hayan sido los enemigos más notables en términos de capacidad de combate, pero el impacto que tuvieron en la serie no debería olvidarse.