Biología para Mayores II
Resultados de aprendizaje
- Identificar diferentes métodos de dispersión de frutos y semillas
El fruto tiene un único propósito: la dispersión de semillas. Las semillas contenidas en los frutos necesitan ser dispersadas lejos de la planta madre, para que puedan encontrar condiciones favorables y menos competitivas en las que germinar y crecer.
Algunos frutos tienen mecanismos incorporados para poder dispersarse por sí mismos, mientras que otros requieren la ayuda de agentes como el viento, el agua y los animales (Figura 1). Las modificaciones en la estructura, composición y tamaño de las semillas ayudan a la dispersión. Los frutos dispersados por el viento son ligeros y pueden tener apéndices en forma de alas que les permiten ser transportados por el viento. Algunos tienen una estructura parecida a un paracaídas que los mantiene a flote. Algunos frutos -por ejemplo, el diente de león- tienen estructuras peludas e ingrávidas que se adaptan a la dispersión por el viento.
Figura 1. Los frutos y las semillas se dispersan por diversos medios. (a) Las semillas de diente de león se dispersan por el viento, la (b) semilla de coco se dispersa por el agua, y la (c) bellota es dispersada por animales que la cachan y luego la olvidan. (crédito a: modificación de la obra de «Rosendahl»/Flickr; crédito b: modificación de la obra de Shine Oa; crédito c: modificación de la obra de Paolo Neo)
Las semillas dispersadas por el agua están contenidas en frutos ligeros y boyantes, lo que les confiere la capacidad de flotar. Los cocos son bien conocidos por su capacidad de flotar en el agua para llegar a la tierra donde pueden germinar. Del mismo modo, el sauce y el abedul plateado producen frutos ligeros que pueden flotar en el agua.
Los animales y los pájaros se comen los frutos, y las semillas que no son digeridas son excretadas en sus excrementos a cierta distancia. Algunos animales, como las ardillas, entierran los frutos que contienen semillas para utilizarlos más tarde; si la ardilla no encuentra su alijo de frutos, y si las condiciones son favorables, las semillas germinan. Algunos frutos, como el escarabajo, tienen ganchos o estructuras pegajosas que se adhieren al pelaje del animal y son transportados a otro lugar. Los seres humanos también desempeñan un papel importante en la dispersión de las semillas cuando llevan los frutos a nuevos lugares y tiran la parte no comestible que contiene las semillas.
Todos los mecanismos anteriores permiten que las semillas se dispersen por el espacio, de la misma manera que las crías de un animal pueden trasladarse a un nuevo lugar. La latencia de las semillas, descrita anteriormente, permite a las plantas dispersar su progenie a través del tiempo: algo que los animales no pueden hacer. Las semillas latentes pueden esperar meses, años o incluso décadas a que se den las condiciones adecuadas para la germinación y propagación de la especie.
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