Barack y Michelle Obama son la personificación de una pareja poderosa, pero el ex presidente de los Estados Unidos ha revelado que la pareja pasó por momentos muy oscuros en los que temió por el futuro de su relación.

Barack navegó su tiempo en la Casa Blanca con Michelle y sus hijas, Sasha y Malia, firmemente a su lado.

Pero detrás de las puertas cerradas, el ex POTUS admite que hubo tensión y estrés dentro de su familia y que no podía dormir por preocuparse.

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«Había noches en las que, tumbado junto a Michelle en la oscuridad, pensaba en aquellos días en los que todo entre nosotros se sentía más ligero, en los que su sonrisa era más constante y nuestro amor menos estorbado, y mi corazón se apretaba de repente al pensar que esos días podrían no volver», escribió en un extracto publicado por ET de su nuevo libro Una tierra prometida.

Barack ha revelado que su matrimonio fue tenso durante los ocho años que pasó como presidente, diciendo a la revista People: «Michelle creía mucho en el trabajo que yo hacía, pero era menos optimista sobre lo que yo podía conseguir.

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La familia ha salido fortalecida

«Ella es más escéptica en cuanto a la política y más consciente de los sacrificios para la familia»

Una vez que se fueron, sin embargo, estaban encantados de poder volver a poner en marcha su largo matrimonio.

«Fue como una gran exhalación justo después de dejar el cargo», dijo. «Nos llevó algún tiempo hablar de cómo se había sentido».

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Barack y Michelle vuelven a la carga

Continuó: «¿Conocen el viejo adagio: ‘Si mamá es feliz, todos son felices’? En nuestra casa es así».

Ahora la vida es fantástica para la pareja y Barack reveló que Michelle «ha estado más relajada y alegre» y eso les ha permitido «volver a ser amigos».

Su alivio por el hecho de que sus hijas también hayan salido «bastante bien» significa que Barack y Michelle pueden «reírse y hacer el tonto y tener más tiempo el uno con el otro».

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