El amianto es un mineral natural. Está formado por fibras, es muy duradero y es extremadamente resistente al calor. Hay bajos niveles de amianto en el aire, el agua y el suelo. Todo el mundo está expuesto al amianto en algún momento de su vida, pero la mayoría de las personas no enferman por su exposición.

Las personas que respiran fibras de amianto corren el riesgo de sufrir varias enfermedades graves. Estas enfermedades incluyen el cáncer de pulmón, el cáncer del tracto digestivo, el mesotelioma (un cáncer en el revestimiento de los pulmones o el estómago) y la asbestosis (cicatrización pulmonar). En general, cuanto mayor es la exposición al amianto, mayor es la probabilidad de desarrollar efectos nocivos para la salud.

Se corre un mayor riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el amianto si:

• Se está expuesto al amianto de forma regular, normalmente durante muchos años.
• Trabaja como obrero de la construcción, del aislamiento o de los astilleros y ha instalado, alterado o retirado el amianto sin la protección adecuada.

Además, los fumadores expuestos al amianto tienen un riesgo mucho mayor de padecer la enfermedad que los no fumadores expuestos.

La exposición al amianto no suele causar afecciones inmediatas, como dificultad para respirar o problemas cutáneos.

Exposición al amianto

Las personas están expuestas al amianto cuando respiran fibras de amianto. El amianto puede liberarse en el aire cuando los materiales que lo contienen están dañados o alterados. Los materiales que contienen amianto no dañados no suponen un riesgo para la salud.

No existen pruebas médicas rutinarias para detectar la exposición al amianto. Las radiografías de tórax y las pruebas de función pulmonar pueden mostrar el daño pulmonar una vez que se ha formado. Las enfermedades relacionadas con el amianto pueden no desarrollarse hasta 10 o 40 años después de la exposición.

Descubrir el amianto

Se ha prohibido el uso del amianto en muchos países de todo el mundo, pero no se ha prohibido totalmente en los Estados Unidos.

Los materiales comunes que pueden tener amianto incluyen:

• Productos ignífugos
• Aislamiento
• Materiales para techos
• Techos y baldosas
• Productos de cemento
• Frenos de automóviles, frenos de automóviles, forros de frenos y embragues
• Productos resistentes al calor y a la corrosión

Los inspectores medioambientales autorizados pueden analizar los materiales y el aire en busca de amianto. El análisis del aire o de los materiales en busca de amianto puede ser útil para identificar posibles exposiciones y evaluar la eficacia de una eliminación y limpieza adecuadas del amianto.

Si tiene amianto en techos, suelos o en el aislamiento de tuberías, calderas u hornos en su casa o negocio, es importante asegurarse de que estos materiales no sufran daños. Si no está seguro de si el aislamiento contiene amianto, contrate a un inspector capacitado para que compruebe el material.

Requisitos de los edificios públicos

Los propietarios de edificios deben seguir las normas federales sobre el cuidado adecuado de los materiales de amianto.

Las escuelas están obligadas a identificar y manejar con seguridad los materiales de amianto. La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de los Estados Unidos exige a los empleadores privados que protejan a los trabajadores de la exposición al amianto. En el estado de Nueva York, la Oficina de Seguridad y Salud de los Empleados Públicos exige la misma protección para los trabajadores de la ciudad, el condado y el estado.

Para informar de un problema con el amianto, llame al 311 o presente una queja en línea.