¿Asar a la parrilla hace que los alimentos sean cancerígenos?
Nada dice más verano que el sol, la playa y, por supuesto, una barbacoa. Pero antes de llenar el depósito de gasolina y encender la parrilla, es importante recordar esto: Mientras que las carnes de la barbacoa pueden crear una deliciosa comida de verano, asar a alta temperatura puede convertir rápidamente esa comida perfecta en cancerígena.
Espera, ¿qué? Sí. Siga leyendo.
¿Qué ocurre cuando se asa la carne?
Hay dos tipos de reacciones químicas que se producen cuando se asa la carne.
En primer lugar, los goteos de grasa de la carne crean un humo que contiene unas sustancias químicas llamadas HAP (hidrocarburos aromáticos policíclicos). Cuando el humo rodea la carne durante el proceso de cocción, transfiere esos HAPs cancerígenos a la propia carne.
En segundo lugar, cuando se asa la carne a altas temperaturas (unos 300˚F o más) y/o durante largos periodos de tiempo, se produce una reacción en los alimentos, creando HCAs (aminas heterocíclicas). La mayoría de los HCA se encuentran en la carne que ha sido frita o asada (ambos métodos de cocción a alta temperatura).
Los métodos de cocción a baja temperatura, como hervir, hornear o escalfar, tienden a producir la menor cantidad de HCA. También es importante recordar que tanto el carbón como la parrilla de gas exponen los alimentos a altas temperaturas. Sin embargo, con las parrillas de gas tiene la opción de controlar la llama y, por tanto, la temperatura.
¿Por qué debería preocuparse?
Aunque los investigadores aún no están seguros al cien por cien de cuánto carbón es demasiado para el consumo humano, sabemos que los HAP y los HCA causan cáncer en los animales (sin embargo, sólo en dosis muy altas). La investigación en humanos no es tan clara. Algunos estudios han mostrado una correlación entre el consumo de carnes bien hechas, fritas o a la barbacoa y un mayor riesgo de cáncer de colon, páncreas y próstata.
Finalidad: Si tiende a vivir según el principio de precaución, querrá tratar de limitar su exposición en la medida de lo posible.
¿Qué puede hacer para reducir los carcinógenos cuando hace una barbacoa?
No deje de usar la parrilla este verano, sólo siga estos sencillos consejos para que su comida sea menos cancerígena.
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Asar, no quemar
Recuerde cocinar la carne hasta que esté dorada, no negra. Intente cocinar la carne hasta que esté en su punto y no hasta que esté bien hecha. Luego, elimine las quemaduras. Los HCA sólo se encuentran en las partes quemadas o carbonizadas, así que elimine cualquier parte quemada antes de servirla.
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Pase a la carne magra
Las carnes magras no sólo son mejores para la salud del corazón, sino que también pueden ayudar a detener la formación de HAP. Dado que los goteos de grasa son la clave para el desarrollo de los HAP, menos grasa significa menos carcinógenos. Su corazón (y su cintura) también se lo agradecerán.
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Dedique tiempo a la preparación
Marinar la carne antes de cocinarla ayuda a reducir la formación de HCA debido a los antioxidantes que se encuentran en hierbas y especias como la cúrcuma, la albahaca, el romero y el orégano. Además, intente cortar la carne en trozos pequeños, ya que se cocinará más rápido y pasará menos tiempo en la parrilla, reduciendo la probabilidad de formación de carcinógenos. Sí, kebabs, baby, kebabs.
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Cargue las verduras
La acumulación de carcinógenos está asociada a la cocción de alimentos ricos en proteínas como el pollo y el bistec; las verduras no crean estos carcinógenos cuando se queman. Por lo tanto, ponga muchas verduras en la parrilla. Prueba a asar maíz, espárragos, lechuga romana y zanahorias… ¡y no te olvides de la fruta a la parrilla para el postre!
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