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Jul 4, 2021
admin

Palabras clave:

Absceso glúteo; estafilococo áureo; inyección intramuscular

Introducción

Las infecciones locales son una de las más comunes entre las inyecciones intramusculares (IM). Raramente pueden dar lugar a complicaciones infecciosas graves como abscesos, infecciones osteoarticulares que pueden progresar a bacteriemia y sepsis generalizada . Sin embargo, su incidencia es difícil de estimar. El Staphylococcus aureus es el organismo más comúnmente aislado en estas complicaciones. Describimos un caso de osteomielitis ilíaca y absceso glúteo debidos a Staphylococcus aureus tras una inyección IM.

Observación del caso

Una paciente de 63 años se presentó con una historia de dos meses de dolor en la cadera izquierda con astenia y pérdida de peso sin fiebre. No tenía antecedentes médicos. La exploración reveló una inflamación en el ala ilíaca (figura 1) y un dolor en la flexión de la cadera. Las pruebas de laboratorio mostraron un síndrome inflamatorio biológico. Las radiografías estándar eran normales. Se realizaron estudios de imagen, incluyendo una Tomografía Computarizada (TC) pélvica, abdominal y torácica y una Resonancia Magnética (RM) pélvica (Figuras 2a y 2b). El examen de TC y RMN de la pelvis demostró una masa de tejido blando de 8 × 4 cm de tamaño en la región de los músculos glúteos izquierdos con una lesión lítica del ala ilíaca izquierda. Se sospechó de un tumor en la nalga. Se realizó un TAC torácico y abdominal para detectar metástasis antes de la cirugía. La paciente fue operada. La pieza quirúrgica mostraba una masa lobulada amarilla de 6 cm con áreas de necrosis y líquido purulento (Figuras 3a y 3b). Se realizó una biopsia ósea. Los cultivos bacteriológicos revelaron Staphylococcus aureus sensible a la meticilina. La pieza del estudio histológico fue a favor de un absceso glúteo izquierdo. La reanudación del interrogatorio de la paciente mostró que tenía antecedentes de una inyección de Diclofenac IM aplicada en la región glútea izquierda hace 2 meses. La paciente estaba bajo tratamiento antibiótico a base de oxacilina intravenosa (12 g/día) durante 4 semanas. Este tratamiento fue relevado por ciprofloxacina por vía oral durante una duración total de 2 semanas. La evolución estuvo marcada por la mejora de la sintomatología y la negatividad de la prueba biológica (Archivo Suplementario 1).

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Figura 1: Inflamación posterior en el ala ilíaca.

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Figura 2: (A) La TC de la pelvis muestra las lesiones líticas del ala ilíaca izquierda y placas hipodensas que infiltran la grasa subcutánea y el músculo glúteo medio, (B,C) masas de tejido blando que se extienden a la nalga izquierda con lesiones líticas del ala ilíaca izquierda.

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Figura 3: (A,B) Aspecto intraoperatorio que muestra tejido subcutáneo con secreción fétida purulenta.

Discusiones

La administración de inyecciones intramusculares es una intervención de enfermería habitual en la práctica clínica. Debe realizarse con cuidado para evitar complicaciones. En la actualidad, la incidencia de desarrollar una complicación por inyecciones IM oscila entre el 0,4 por ciento y el 19,3 por ciento de los pacientes que reciben la inyección IM de un medicamento . El absceso glúteo fue la complicación más común de las inyecciones IM, ha sido reportado por varios autores . Mientras que, en la literatura, no hay muchos casos de infecciones osteoarticulares desarrolladas tras inyecciones intramusculares.

El mecanismo de la infección está probablemente relacionado con el traumatismo tisular directo o inducido por el medicamento, la isquemia tisular y la inoculación de bacterias. En los países en vías de desarrollo, los abscesos son secundarios a la inyección con técnicas no estériles, incluyendo el uso de agujas contaminadas y ropa sucia. Estas infecciones son más probables en pacientes inmunodeprimidos, pero también se han descrito en personas inmunocompetentes. Dada la rareza de la enfermedad y su presentación clínica relativamente indescriptible, es casi imposible sospechar el diagnóstico al primer encuentro. Esto explica la elevada tasa de diagnósticos erróneos iniciales y, por tanto, el retraso en el tratamiento. La historia clínica detallada y un examen clínico cuidadoso son esenciales. La TC es necesaria para confirmar el diagnóstico o excluir enfermedades acompañantes.

La literatura no describe las características de imagen de los abscesos glúteos. En nuestro caso, los abscesos glúteos se observaron después de dos meses de inyecciones en forma de masa de tejido blando. El tratamiento principal del absceso glúteo es quirúrgico asociado a una terapia antibiótica. No hay consenso en cuanto al tratamiento de estas infecciones.

En resumen, la enfermedad del absceso glúteo sigue siendo frecuente a pesar de las mejoras en las técnicas antisépticas. Supone un reto diagnóstico para el clínico y el radiólogo debido a sus síntomas inespecíficos y engañosos. Además, queremos subrayar la importancia de una correcta anamnesis para realizar rápidamente el diagnóstico correcto y proporcionar el tratamiento adecuado.

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