Apalancamiento operativo y apalancamiento financiero
Tanto los inversores como las empresas emplean el apalancamiento (capital prestado) cuando intentan generar un mayor rendimiento de sus activos. Sin embargo, el uso del apalancamiento no garantiza el éxito, y es más probable que se produzcan pérdidas excesivas en posiciones muy apalancadas.
El apalancamiento se utiliza como fuente de financiación cuando se invierte para ampliar la base de activos de una empresa y generar rendimientos sobre el capital de riesgo; es una estrategia de inversión. El apalancamiento también puede referirse a la cantidad de deuda que una empresa utiliza para financiar sus activos. Si una empresa se describe como altamente apalancada, la empresa tiene más deuda que capital social.
Para las empresas, se pueden utilizar dos tipos básicos de apalancamiento: el apalancamiento operativo y el apalancamiento financiero.
Comentarios clave
- Las empresas toman deuda, conocida como apalancamiento, para financiar las operaciones y el crecimiento como parte de su estructura de capital.
- El endeudamiento suele ser favorable a la emisión de capital social, pero un exceso de deuda puede aumentar el riesgo de impago o incluso de quiebra.
- El apalancamiento operativo y el apalancamiento financiero son dos métricas clave que los inversores deben analizar para entender la cantidad relativa de deuda que tiene una empresa y si puede hacer frente a ella.
Apalancamiento operativo
El apalancamiento operativo es el resultado de diferentes combinaciones de costes fijos y costes variables. En concreto, el ratio de costes fijos y variables que utiliza una empresa determina la cantidad de apalancamiento operativo empleado. Una empresa con una mayor proporción de costes fijos y variables se dice que utiliza más apalancamiento operativo.
Si los costes variables de una empresa son mayores que sus costes fijos, la empresa está utilizando menos apalancamiento operativo. La forma en que una empresa realiza las ventas también es un factor que influye en el grado de apalancamiento que emplea. Una empresa con pocas ventas y altos márgenes está muy apalancada. Por otro lado, una empresa con un alto volumen de ventas y márgenes más bajos está menos apalancada.
Aunque están interconectados porque ambos implican préstamos, el apalancamiento y el margen son diferentes. Mientras que el apalancamiento es la toma de deuda, el margen es la deuda o el dinero prestado que una empresa utiliza para invertir en otros instrumentos financieros. Por ejemplo, una cuenta de margen permite a un inversor pedir dinero prestado a un tipo de interés fijo para comprar valores, opciones o contratos de futuros en previsión de que se produzcan rendimientos sustancialmente altos.
Apalancamiento financiero
El apalancamiento financiero surge cuando una empresa decide financiar la mayor parte de sus activos contrayendo deuda. Las empresas lo hacen cuando no pueden obtener suficiente capital mediante la emisión de acciones en el mercado para satisfacer sus necesidades empresariales. Si una empresa necesita capital, buscará préstamos, líneas de crédito y otras opciones de financiación.
Cuando una empresa se endeuda, esa deuda se convierte en un pasivo en sus libros, y la empresa debe pagar los intereses de esa deuda. Una empresa sólo asumirá cantidades significativas de deuda cuando crea que el rendimiento de los activos (ROA) será superior a los intereses del préstamo.
Resultados
Una empresa que opera con un alto apalancamiento operativo y financiero puede ser una inversión arriesgada. Un alto apalancamiento operativo implica que una empresa realiza pocas ventas pero con altos márgenes. Esto puede plantear riesgos significativos si una empresa pronostica incorrectamente las ventas futuras. Si una previsión de ventas futuras es ligeramente superior a la real, esto podría dar lugar a una enorme discrepancia entre el flujo de caja real y el presupuestado, lo que tendrá un efecto significativo en la capacidad operativa futura de una empresa.
El mayor riesgo que surge de un alto apalancamiento financiero se produce cuando el rendimiento del ROA de una empresa no supera los intereses del préstamo, lo que disminuye en gran medida el rendimiento de los fondos propios y la rentabilidad de una empresa.