A Mathematician’s Apology
Hardy sintió la necesidad de justificar el trabajo de su vida en las matemáticas en este momento principalmente por dos razones. En primer lugar, a los 62 años, Hardy sentía la proximidad de la vejez (había sobrevivido a un ataque al corazón en 1939) y el declive de su creatividad y habilidades matemáticas.Al dedicar tiempo a escribir la Apología, Hardy estaba admitiendo que su propio tiempo como matemático creativo había terminado. En su prólogo a la edición de 1967 del libro, C. P. Snow describe la Apología como «un lamento apasionado por los poderes creativos que solían ser y que nunca volverán a ser»:51 En palabras de Hardy, «la exposición, la crítica, la apreciación, es un trabajo para mentes de segunda clase. Es una experiencia melancólica para un matemático profesional encontrarse escribiendo sobre matemáticas. La función de un matemático es hacer algo, demostrar nuevos teoremas, añadir a las matemáticas, y no hablar de lo que él u otros matemáticos han hecho»:§1
En segundo lugar, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Hardy, un pacifista comprometido, quiso justificar su creencia de que las matemáticas debían perseguirse por su propio bien y no por sus aplicaciones. Comenzó a escribir sobre este tema cuando le invitaron a colaborar con un artículo en Eureka,:Preface la revista de The Archimedeans (la sociedad matemática de estudiantes de la Universidad de Cambridge). Uno de los temas que sugirió el editor fue «algo sobre las matemáticas y la guerra», y el resultado fue el artículo «Mathematics in war-time». Hardy incorporó posteriormente este artículo a A Mathematician’s Apology.:Prefacio
Quería escribir un libro en el que explicara su filosofía matemática a la siguiente generación de matemáticos; que defendiera las matemáticas exponiendo los méritos de las matemáticas puras únicamente, sin tener que recurrir a los logros de las matemáticas aplicadas para justificar la importancia general de las matemáticas; y que inspirara a las siguientes generaciones de matemáticos puros. Hardy era ateo, y no hace su justificación a Dios sino a sus semejantes.
Hardy presentó inicialmente A Mathematician’s Apology a Cambridge University Press con la intención de pagar personalmente su impresión, pero la editorial decidió financiar la publicación con una tirada inicial de cuatro mil ejemplares.:97