La peor parte de ser manipulado en una relación es que muy a menudo ni siquiera sabes que está sucediendo. Las personas manipuladoras retuercen tus pensamientos, acciones, deseos y anhelos en algo que se adapte mejor a cómo ven el mundo y te moldean en alguien que sirve a sus propios propósitos. Da miedo, ¿verdad?

Aquí tienes unos cuantos puntos importantes a los que debes prestar atención para asegurarte de que no te ocurra a ti.

Te hacen sentir culpable… por todo.

La manipulación siempre empieza con la culpa. Si pueden convencerte de que te sientas culpable por tus acciones (incluso cuando no has hecho nada malo), entonces saben que estarás más dispuesto a hacer lo que ellos dicen. «Quiero decir que sí, supongo que la cena estuvo bien. No era lo que esperaba y hubiera preferido hacer algo diferente, pero supongo que mientras seas feliz, eso es lo único que importa. Te quiero y es importante para mí que seas feliz, incluso si eso significa dejar de lado lo que yo quiero.»

¿Ves lo que hicieron ahí? ¿Cómo le dieron la vuelta a eso? En la superficie, hacen que parezca que son una pareja cariñosa, pero alerta de spoiler: la culpa no es amor.

Los manipuladores también intentan hacerte creer que están haciendo un mejor trabajo de «amarte», para que estés más dispuesta a dejar de lado lo que quieres con el fin de sentir que «le quieres igual». Es un juego mental enfermizo.

Forzan sus inseguridades en ti.

Los manipuladores a menudo forzarán sus propias inseguridades en ti en un esfuerzo por controlar cómo reaccionas hacia ellos. «Me han engañado antes y por eso no quiero que tengas amigos del sexo opuesto (o del mismo sexo, según la orientación sexual). Puedes entenderlo, ¿verdad?» Sí, por supuesto que puedes entenderlo (y deberías ser consciente de sus inseguridades), pero sus luchas no deberían definir la funcionalidad de vuestra relación.

«¡Lamento haber actuado así, pero es que tengo tanto miedo de que me dejes!» es una excusa que suelen utilizar los manipuladores cuando les señalas los defectos de sus acciones. El puro propósito de esa excusa es quitar el foco de tus preocupaciones y arrastrarte de nuevo a las suyas.

Hay una fina línea entre mostrar consideración por sus sentimientos y ser manipulado para que sientas lo que ellos quieren que sientas. La consideración se muestra con amor mientras que la manipulación se rige por la culpa.

Te hacen dudar de ti mismo.

¿Quieres saber por qué les resulta tan fácil manipular? Porque te han lavado el cerebro hasta el punto de que ya no confías en ti mismo. Así es, los manipuladores toman tus inseguridades y las usan en tu contra. Señalan constantemente lo que estás haciendo «mal» y cómo ellos podrían haberlo hecho mejor. Señalan tus puntos débiles y luego te muestran que con su ayuda puedes hacerlo mejor, ser mejor. Poco a poco te convencen de que tienen tus mejores intereses en mente… pero no es así.

Tienen sus mejores intereses en mente. Y para mantener sus deseos y necesidades al frente de tu relación, tergiversan suavemente tu forma de pensar hasta que le buscas para que te guíe en todo. Una vez que esto ocurre, los manipuladores pueden hacer que hagas básicamente lo que ellos quieren porque ahora confías más en ellos que en ti mismo.

Te hacen responsable de sus emociones.

Los manipuladores son irónicos en el sentido de que pasan bastante tiempo haciéndote sentir como si no pudieras pensar por ti mismo pero luego se dan la vuelta y te hacen responsable de todas sus emociones. Si se sienten tristes, probablemente sea porque tú les has hecho sentir así. Si están enfadados, bueno, más vale que te revises a ti mismo porque obviamente has hecho algo mal.

Por mucho que te quiten y por mucho que te hagan creer que eres totalmente incapaz de controlar tu propia vida, esperan que seas responsable de cómo se sienten ellos.

Te hacen creer que quieres lo que ellos quieren.

Todos empezamos las relaciones con exigencias y rupturas. Pero es natural que al empezar a mezclar dos vidas se hagan compromisos. Lo que no es normal: Cuando tienes que dejar completamente de lado lo que quieres y necesitas en un esfuerzo por apaciguar a tu pareja. Si empiezas a darte cuenta de que las necesidades de tu pareja se satisfacen con mucha más frecuencia que las tuyas, puede que estés casado con un manipulador.

¿Estás cediendo a lo que quieren por sentimientos de culpa o porque te han hecho sentir responsable de cómo se sienten? Has renunciado a lo que quieres porque te han hecho creer que deberías querer otra cosa? Si has respondido «sí» a alguna de esas preguntas, puede que quieras reconsiderar la relación.

Toleré el abuso porque me educaron para pensar que lo merecía

Este artículo invitado apareció originalmente en YourTango.com: Si tu hombre hace estas 5 cosas, estás siendo MANIPULADA.