A menudo se dice y se escribe que los empáticos son personas muy intuitivas, y esto es cierto para algunos, pero no hay nada que diga que un empático deba ser intuitivo, o que un intuitivo deba poseer una gran empatía.

Aunque las palabras son vistas como intercambiables por algunos o intrínsecamente ligadas por otros, es muy cierto que no todos los empáticos son intuitivos y no todos los intuitivos son empáticos.

De hecho, las dos habilidades -la empatía y la intuición- son bastante diferentes en un aspecto importante.

Mira la definición y verás que la empatía es, en términos muy generales, la capacidad de sentir y percibir las emociones y la energía de otras personas y de tu entorno. Está orientada casi por completo hacia el exterior y se ocupa de cosas distintas a uno mismo.

La intuición, por otro lado, implica volverse hacia el interior y consultar la mente inconsciente y los «sentimientos viscerales» para evaluar y comprender una situación. Ciertamente se basa en absorber y procesar el mundo que te rodea, pero el elemento final es muy interno.

Por lo tanto, la suposición de que las personas dotadas de altos niveles de empatía están igualmente dotadas de intuición es errónea. Son aspectos distintos de la personalidad y no deberían fusionarse en un único rasgo.

Entonces, ¿qué es un empático intuitivo?

Es alguien que posee tanto habilidades empáticas expresadas externamente hacia los demás como sentimientos de intuición experimentados internamente hacia una situación.

Con esto en mente, ¿cómo puedes estar seguro de que eres un empático intuitivo o algún otro tipo de empático? ¿Qué es lo que distingue a unos de otros?

Aquí tienes 4 señales de que eres un empático con un alto grado de intuición.

Puedes distinguir entre tus sentimientos y los de los demás

Una de las principales luchas a las que se enfrentan muchos empáticos es la asimilación de los sentimientos de otras personas en su propia mente y cuerpo. La energía que absorben se fusiona con la suya y contamina su río interior. A menudo se asemejan a los que les rodean porque no pueden distinguir lo que es suyo y lo que no.

Por ejemplo, si se encuentran con personas enfadadas, se enfadan más; si se encuentran con una persona ansiosa, esto alimenta sus propias ansiedades; y si se encuentran con la tristeza de los demás, se entristecen ellos mismos.

Es muy diferente para un empático intuitivo. Están tan en sintonía con su estado interior que son capaces de diferenciar fácilmente entre éste y cualquier cosa que puedan absorber de su entorno.

Están menos influenciados por las emociones de los demás. Aunque pueden reconocer y sentir estas emociones, el impacto sobre su propio estado mental es menos perceptible que en el caso de otros empáticos.

Son mejores para crear una barrera permeable, pero controlable, entre sus propios sentimientos y los de los demás. Son capaces de dejar que los dos se fusionen si así lo desean, pero también pueden mantenerlos separados en su mayor parte.

Puedes ver más allá de los sentimientos hasta las razones que los provocan

Aunque la empatía te permite detectar y encarnar los sentimientos de los demás, no puede, por sí sola, decirte por qué se sienten así.

Para los tipos de empatía no intuitivos, esto puede ser una fuente de gran confusión porque acaban sintiendo algo que no pueden comprender o explicar del todo.

Uno de los rasgos de un individuo intuitivo, sin embargo, es la capacidad de dar un paso atrás y ver las cosas desde una perspectiva amplia, y esto les permite identificar los vínculos -tanto directos como indirectos- entre causa y efecto.

Los empáticos intuitivos detectan cosas que otros empáticos no ven; dejan que su inconsciente refleje lo que ven, y esto les proporciona una visión de por qué una persona puede estar sintiendo lo que siente.

No lo hacen necesariamente con una intención consciente; es simplemente un instinto natural y una habilidad que proviene de tener tanto empatía como intuición en abundancia.

A veces un empático intuitivo puede incluso tener una mejor comprensión de los sentimientos de una persona que la propia persona. Esta es una de las principales razones del siguiente signo.

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Ayudas a la gente a entender sus propios sentimientos

Si eres un empático intuitivo, es muy probable que hayas ayudado a muchas personas a descubrir lo que sienten y, lo que es más importante, por qué lo sienten.

Probablemente disfrutas hablando con los demás sobre sus emociones, sus pensamientos, sus sueños y sus preocupaciones. Parece que eres capaz de «captar» lo que te dicen aunque no puedan expresarlo con palabras.

Como la mayoría de las personas, probablemente has experimentado todo el espectro de sentimientos a lo largo de tu vida y éstos están almacenados, junto con el contexto relevante, en lo más profundo de tu inconsciente. Su capacidad intuitiva para percibir y comprender las señales enviadas por esta parte de su mente resulta tan valiosa para identificar por qué los demás se sienten de determinada manera.

No sólo es capaz de ponerse en su lugar desde un punto de vista emocional, sino que también puede comprender su lógica y las circunstancias más amplias. Esto te ayuda a reconstruir una imagen más detallada y a darles las posibles razones de sus sentimientos.

Eres la persona a la que acudir para recibir consejo y asesoramiento

Con su capacidad para comprender y apreciar los sentimientos de los demás y su inclinación a ver las cosas a vista de pájaro, los empáticos intuitivos son los consejeros ideales.

Probablemente eres la persona a la que los demás acuden en primer lugar cuando se enfrentan a un problema y no son capaces de ver una solución. Una vez que has hablado con ellos, has sentido lo que sienten y has comprendido por qué se sienten así, tienes un último as en la manga: tu creatividad.

Los intuitivos tienden a ser personas creativas y su habilidad para pensar fuera de la caja significa que son ejemplares solucionadores de problemas. Eres capaz de sugerir varias formas de abordar la situación y ofrecer los pros y los contras de cada una.

Cuando hay terceras personas involucradas, tus rasgos de empatía significan que también eres experto en ponerte en su lugar para considerar cómo podrían responder a cada opción dada, incluso si nunca los has conocido y simplemente te basas en lo que te han dicho.

Todo esto significa que a menudo tus amigos y familiares te llaman para que les prestes atención y les des consejo. Te conviertes en una especie de confidente; alguien con quien pueden hablar de cualquier cosa y alguien que saben que les dará una respuesta franca, pero constructiva.