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El otro día, mi periódico local mostró lo que llamó una «foto» del huracán Matthew. Este mapa de calor consigue uno de los principales cometidos de la visualización: atraer la atención. Sin embargo, lo hace a un coste demasiado alto para mí debido a su pobre uso del color.

Cuando miré por primera vez esta visualización, asumí que el gris eran las nubes y el azul el mar. Después de mirar un poco más, me di cuenta de que no podía ser así. Mi cerebro empezó entonces a ver la imagen como un remolino que se convierte en dos túneles. Sin embargo, esto me llevó a un grave error de interpretación: ver una luz al final del túnel de la izquierda. Esto es un problema, porque mi cerebro está sacando exactamente la conclusión equivocada. La lectura correcta es, sospecho, que este es el ojo de la tormenta y mucho más tranquilo que las áreas circundantes.

La visualización anterior es, sin duda, genial si has sido entrenado para leerla. Pero, ¿cuántas personas han recibido esa formación? Seguro que me cuesta entender lo que significa sin mucho esfuerzo. Esto se debe a que no se utiliza el esquema de colores del arco iris, sino el negro, el gris, el azul, el verde, el amarillo, el rojo y el negro de nuevo. Este no es el orden natural de los colores en la naturaleza, lo que dificulta que nuestro cerebro lo decodifique automáticamente. Para explorar esta cuestión un poco mejor, veremos una tarea de visualización más sencilla: un mapa de calor de un volcán.

El gráfico en perspectiva 3D de arriba muestra un volcán. Es atractivo y vemos muchos de los atributos del volcán, pero no su lado más lejano ni la profundidad de la caldera.

El mapa de calor de abajo utiliza una escala amarillo-azul. Nos permite hacernos una idea del lado más lejano del volcán y de la profundidad de la caldera. Según el momento en que miro este mapa de calor, saco conclusiones muy diferentes. A veces, veo una supernova. Como no entiendo muy bien las supernovas, esta comparación me confunde más que me ayuda. La mayoría de las veces mi cerebro ve el azul como el mar, el verde como la vegetación y el amarillo como el volcán. Así, mi cerebro deduce que hay agua en la caldera del volcán. Claro, la leyenda me dice que mi interpretación es errónea. El problema básico, sin embargo, es que el aspecto cualitativo del mapa de calor -los colores azul, verde y rojo- me lleva por mal camino.

El siguiente mapa de calor muestra cómo un poco menos crea algo un poco mejor. He eliminado el amarillo. Debido a la forma en que funciona el color, esto significa que el verde también se quita del mapa de calor. Ahora el mapa de calor muestra el tipo de gradación que aparece en la naturaleza (por ejemplo, las nubes contra un cielo azul, la profundidad del agua). Nuestro cerebro ya está acostumbrado a leer la visualización. Quizás esta visualización y la anterior te parezcan igualmente interpretables; quédate conmigo, ya que la cuestión quedará mucho más clara con el siguiente par de ejemplos.

Reglas para usar el color en los mapas de calor

El mapa de árbol con sombreado de mapa de calor que aparece a continuación es de la Harvard Business Review. El esquema de color que utiliza incluye grises, rojos, verdes y amarillos. Al igual que con la anterior imagen de satélite mejorada del huracán, si se entrena, estoy seguro de que se puede leer. Sin embargo, leerla es un trabajo duro, como se discute en La regla de los 5 segundos y la necesidad de crear una visualización reconocible al instante.

Contrástalo con el de abajo, que muestra muchos más datos. Utiliza casi el mismo esquema de colores. Pero es una visualización mucho mejor. La razón es la forma en que se utiliza el color. El color delimita las tres causas de muerte. La intensidad dentro de los colores comunica el cambio en las tasas de mortalidad a lo largo del tiempo.

Los ejemplos anteriores pueden resumirse en dos reglas:

1. Representar los grados en los mapas térmicos mediante sombreado, utilizando un solo color mezclado con blanco, negro o gris.
2. Utilizar los colores para representar las diferencias cualitativas.

Utilizar los colores para representar las puntuaciones altas frente a las bajas

Un tipo especial de diferencia cualitativa es si los resultados están por encima o por debajo de la media. El ejemplo siguiente muestra cómo la preferencia por diferentes marcas de cola (las columnas) se relaciona con el grado de agrado por las marcas. El blanco se utiliza para indicar una relación media, el azul indica que está por encima de la media y el coral indica que está por debajo de la media. Los grados del sombreado indican la fuerza de la relación. Este esquema de colores nos permite confirmar rápidamente un patrón evidente. Las celdas azules de la diagonal principal de la tabla muestran que la gente, por término medio, da las valoraciones más altas a las marcas que prefiere. Y nos llama rápidamente la atención sobre otros patrones. Los bebedores de Coca-Cola dan valoraciones por debajo de la media a todas las demás marcas, mientras que los bebedores de Pepsi-Max tienen una disposición positiva hacia todas las marcas excepto Coca-Cola.

Este mismo principio se utiliza en los maravillosos mapas de los CDC. El mapa de abajo muestra las enfermedades del corazón para los hombres. Aquí, el verde se utiliza para mostrar por debajo de la media y el marrón por encima de la media. Se trata de un continuo natural en la naturaleza, por lo que nuestro cerebro tiene algunos mecanismos incorporados para entender la escala. Además, los colores tienen un significado obvio en el contexto de los datos: el verde es saludable; el marrón es moribundo. Y los autores han proporcionado dos leyendas, para maximizar la posibilidad de que la gente saque las inferencias correctas de la coloración.

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